El diario

~ martes, 5 de mayo de 2009

Ayer salí de casa. Sí, amigos, no se lo van a creer pero ayer salí de casa. Es motivo de celebración. No obstante, de eso no es de lo que quería hablarles hoy.

Cómo dije, ayer salí de casa. Y según salía del portal, empecé a oler un olor conocido. En seguida, a pesar de los años que han pasado, lo reconocí. ¡En el portal de mi casa estaba el mismo olor que había (y hay) en mi viejo diario de papel! Sí, era uno de esos perfumados que te venden en las papelerías, con un motorista en la portada y una cerradura cutre para que nadie pudiese abrirlo.

Les confieso que nunca fui amigo de escribir un diario… No sé. Lo veo pelín tonto. Escribir cosas sobre tu vida en un cuaderno que sabes que nadie va a leer… Distinto es este blog, por supuesto. Aquí sé que alguien me lee y, además, puedo jugar con otro tipo de escritura más que la mera narración de lo que pasó hoy en mi vida.

No obstante, lo empecé a escribir. Y… no sé si es porque mi vida es muy aburrida o porque no me fijo en las cosas pequeñas de la vida pero a los pocos días no tenía nada nuevo que contar. Lo dejé. Y lo volví a coger (creo recordar) dos veces más: una para escribir sobre el hecho de que Francia había ganado el Mundial de Futbol Francia 98 (creo que era ese) y otra para anunciar a bombo y platillo que me había pasado un videojuego para la Nintendo 64 (El Rayman 2, por si preguntan). Desde entonces no lo he vuelto a coger. Si no recuerdo mal, y si sigue ahí, está en el armario de mi habitación. En el armario desde hace 10 años… Mmm… Creo que le echaré un vistazo. Puede que encuentre algo importante aunque lo dudo mucho.

Pero antes me voy a cocinar algo. Cortesía del “Cocina Conmigo”, el recetario ese interactivo para la DS. Ensalada de Patatas alemana, creo. Ya les contaré cómo salió. ¡Nos vemos!

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