Decisión Consecuencia

Ayer tuve mi pequeño momento filosófico del día justo después de quedar con un amigo. Pensaba en un momento determinado del día en el que él me dio a elegir y en la elección que yo tomé y en cómo terminó el día. Y me preguntaba en mi cabeza qué hubiese pasado si hubiera elegido la otra opción. ¿El día sería diferente? ¿Se pudo haber evitado todo lo que pasó aquella tarde? ¿Hubiese sido un día mejor o peor del que en realidad fue?

Es extraño esto de las decisiones, ¿verdad? Hoy mismo, buscando por internet gente que hablara de esto mismo (Buscar en Google es una buena forma de pasar el rato. ¡Compruébenlo!), leía en un blog que realmente “no hay buenas ni malas decisiones, solamente hay consecuencias que no queremos aceptar”. En parte estoy de acuerdo.


~ miércoles, 30 de septiembre de 2009 2 comentarios

Grandes frases de Magallanes “el cojo” (1)

Los europeos son ventosidades comunitarias.

Este juego de palabras se me ocurrió tal que ayer mientras me lavaba la boca antes de ir a acostarme. Si no lo entienden, entiendan por comunitario lo “Perteneciente o relativo a la Unión europea” (definición copipegada del diccionario de la Real Academia) y háganse conocedores del juego de palabra “euro-peo”, siendo “peo” la versión abreviada e informal de la palabra “pedo”. Se supone que si estás leyendo esto es que no habrás pillao todavía la gracia pero… mejor darlo todo mascadito, ¿no?

¡Disfruten! ¡Nos vemos otro día!


~ viernes, 25 de septiembre de 2009 3 comentarios

Manual de supervivencia para un mundo sin HarryLatino

[Por mucho que en su momento dije que no voy a hablar de Harry Potter aquí, me debo en la obligación viendo los días que llevamos de publicar un artículo que escribí para “Trayendo la Magia” primero y para el HLblog después. Espero lo disfruten. O algo. ¡Seguro que les resulta de ayuda! ¡O lo mismo no!]

Imagínate la situación: Un día por la mañana te despiertas en tu camita y descubres que el mundo ha sufrido un holocausto nuclear y todo lo que no es tu casa está destruido. La humanidad, por qué no decirlo, también. ¿Hay algo peor que eso? Evidentemente sí. Podrías despertarte un día en tu camita y, al encender el ordenador, descubrir que HL no está. Escribes la dirección de la página y no aparece nada salvo un mensaje de error. Es algo tan cruel que no entiendo por qué la gente de Hollywood todavía no ha hecho ninguna peli de terror sobre ello.

Pero imaginémonos que eso algún día ocurre. ¿Cómo reaccionaría el usuario medio? Bien, gracias a una investigación que llevé a cabo hace un par de meses en un laboratorio de Wisconsin es posible saberlo. No me den las gracias. Todo lo hago por el espíritu científico que me lleva a andar el sendero de la sabiduria de la realidad. No lo hago por ustedes. Por ustedes no haría nada. Nunca.

He aquí el resultado de mi experimento. Si consiguen ponerse en contacto con algunos de los 250 voluntarios que recluté para el experimento, probablemente no les digan nada. Fue demasiado traumático para ellos.

Día 1. Rechazo: El primer día, al levantarte, ves que HL está caído. No te preocupa en demasiá. Supones que será algo temporal y vas haciendo tus tareas muggles por internet. Eso sí, cada hora vuelves a entrar para ver si ya se solucionó el problema. Entras “por si acaso”, como quién dice. Según el día va pasando dejas pasar menos tiempo entre comprobación y comprobación. Te acuestas pensando que ha sido “un mal día” y que, cómo tal, “un mal día lo puede tener cualquiera”.

Día 2. Del final del rechazo al principio de la rabia: Te levantas. HarryLatino sigue sin estar disponible. Sigues haciendo las tareas muggles que te faltan (pocas ya, a estas alturas) mientras compruebas cada 5 minutos que la página sigue caída. Según va pasando el día, se te acaban las tareas y empiezas a estar aburrido. Lo único que haces en internet es darle al botón actualizar. Te acuestas temprano. Estás mosca y no quieres ver nada.

Día 3. Rabia: Te levantas esperanzado. “Seguro que a Vito en dos días le ha dado tiempo a solucionarlo” piensas feliz e inconsciente mientras enciendes el ordenador. La página sigue sin ir. Y no tienes nada mejor que hacer. Te cabreas. Mucho. Escribes una carta airada a Vito insultándole que, por supuesto, no publicarás jamás y la guardas en tu ordenador bajo el críptico nombre de “Carta airada a Vito insultándole”. Una vez que has terminado, te marchas a la calle. No vuelves hasta la noche. No descarto que participes en alguna pelea sólo “por soltar testosterona”. O peor aún, que veas la tele por la tarde.

Día 4. Miedo: Te levantas. Casi no has dormido. Al contrario, has estado pensando que con la violencia no vas a solucionar nada. Ahora por la mañana, con la mente más clara, enciendes el ordenador esperando que lo inevitable no ocurra. Evidentemente, HL sigue caído. Cuatro días son muchos días para una simple avería. Tu cabeza se empieza a llenar de malos pensamientos. “¿Y si Vito ha decidido cerrar la página para siempre? Y si HL ya no existe, ¿qué será de mi vida?” Te metes en tu habitación y te echas en la cama. Lloras. Al final te quedas dormido.

Día 5. Más miedo: El trauma del día anterior fue tan grande que sigues todo el día en tu cuarto. No te cambias de ropa, no te duchas y si comes es porque el otro habitante de tu hogar se empeña en ello. Pero en cuanto terminas corres a tu cuarto y te vuelves a acostar. Sorprendentemente, por la noche duermes como un bendito.

Día 6. Negociación y leve visita de la Rabia: Te levantas. Pones HL. ¿Adivinas qué? Sigue sin ir. Ya de perdidos al río. Te pasas el día entero haciendo proposiciones a la pantalla del ordenador. “Mira, si me dejas ver HL, te limpio, ¿vale? Y no lo haré con agüita y con jabón, no. Saldré a comprar un limpiador de monitores”. Según va pasando el día, la negociación toma vías más violentas. “¡Cagonlaleche! O me dejas ver la página o te desinstalo el software y te meto un virus que se va a cagá la perrilla, ¿estamos?”

Día 7. Aceptación: Después de despertarte, enciendes el ordenador. Has perdido la esperanza pero, aún así, visitas la página web. Sigue sin mostrar nada. Comprendes que probablemente no volverá (o si vuelve, lo hará dentro de mucho tiempo). Con pesadumbre, quitas la página de Favoritos. Te vas a ver capítulos atrasados de Perdidos o de cualquier otra serie. O a seguir con tu vida. HL quedará como un recuerdo, como una etapa pasada de tu vida. Pero sólo eso y nada más.

Y eso serían los 7 primeros días sin HL. Sé que es duro pero completamente cierto. Al octavo día probablemente andes mirando blogs sobre tecnología cuando te fijes en el nick de uno de tus contactos del messenger, que pondrá algo parecido a “HL vuelve a estar disponible! :wiiiii:”. Volverás a meterte en la página web, verás que ya está disponible y volverás a caer en HL. Caerás en sus garras hasta la próxima vez que la vida quiera que vuelvas a pasar por esta semana de calvario… Y no podrás escapar.


~ domingo, 20 de septiembre de 2009 2 comentarios