Razones por las que no me creé un blog antes

~ viernes, 10 de abril de 2009

Llevamos ya una semana de blog (sí, amigos míos, puede parecer mentira. Y de hecho lo es. A día de hoy, que es viernes, sólo llevamos 6 días. Mañana llevaremos 7 pero… cómo los fines de semana servidor descansa pues lo escribo hoy, oigan.) y, en este tiempo, no he dejado de actualizar (¡Dios mío! ¡Qué milagro!) lo que hace este el blog no-pottérico que me ha durado más sin hartarme de él. Hecho la vista atrás y me pongo a recordar mis anteriores blogs y por qué fracasaron. Esto, unido a lo que siento a día de hoy, me lleva a plantearme…

¿Realmente habrá extraterrestres en Marte que imaginen a seres de otros planetas como gigantescos culos gigantes sin composición alguna ni aditivos en Sulfurato de Bioclematoso?

Y también me lleva a plantearme por qué los anteriores blogs personales que tenía fracasaron y por qué este no debe fracasar. Razón más que suficiente para hacer una lista, cerrar esta semana y volver la semana que viene habiendo capeado el día. O algo de eso.

No soy profundo. Sí, señores míos, es duro admitirlo pero así es. Conozco varios tipos de personas personae con blog propio y estos a su vez se pueden dividir en dos grupos: uno son las personas profundas, de esas que te sacan una reflexión de la vida diaria, que comentan lo último que ha salido en el telenoticias, que leen el periódico y a cualquier vivencia que les ocurre le sacan para una entrada de 3 o 4 párrafos lo mínimo. Yo no soy de esos, pero la verdad es que siempre quise ser uno de ellos. Vale… a veces (muy de cuándo en cuándo) tengo mis ramalazos creativos y veo algo que realmente me da por escribir reflexiones sesudas. Pero eso pasa de tanto en tanto… Cómo vienen a demostrar mis anteriores blogs, de esos que actualizaba cada dos meses.

No quiero anunciar nada. El segundo grupo es aquella gente que tiene su blog básicamente para darse autobombo de los proyectos que tienen. Yo no tengo proyectos (al menos no tengo ninguno del que se pueda hablar, digo) y si los tuviera el último sitio en el que anunciaría que estoy haciendo algo sería aquí. Otra cosa es que lo anunciara una vez que lo tengo terminado pero entonces… no serían proyectos. Además, ese día conociéndome probablemente no llegue muy pronto.

No estoy acostumbrado a tratar un tema tan abierto. Un blog personal es para hablar de tu vida diaria. Pero la vida diaria comprende muchos aspectos: tu vida, lo que ves, lo que oyes, lo que sientes, la paliza que le pegaron a tu primo el del pueblo… Y hasta ahora yo me había especializado en dos grandes temas: Harry Potter y Parodias. Del primero tengo demasiados frentes en los que puedo hablar de él. Si me hice este blog fue, en parte, para escribir de algo que no tuviera que ver con ese mundo. Y el segundo… no me parece bueno (ni tampoco fácil. Y eso es un plus) llenar esto de parodias senseless y tal.

Consecuencia del anterior: no me siento cómodo escribiendo aquí. No tanto porque me de vergüenza contarles que tengo más VHS que DVD ni que soy fan forofolo de Perdidos. Es más bien porque estoy acostumbrado a tener un tema en la cabeza durante el día e ir casi “escribiéndolo mentalmente”. Y con un abanico tan grande de temas, no me puedo decidir por uno y, claro, llega el momento de escribir y no se me ocurre cómo empezar, cómo seguir ni cómo desarrollar mínimamente un tema. ¿Por qué? Pues la verdad es que no sé. Supongo que me da miedo repetirme. Habiendo hecho ya la crítica (por llamarle algo) de un videojuego que me he pasado, a la hora de hacer la siguiente no quiero que se parezca a la anterior, no quiero repetir las mismas frases ni quiero repetir estructura.

No tenía comentarios ni percibía que la gente me seguía desde un principio. No vamos a engañarnos. Por mucho que haya putillas blogueriles que escriben en su blog solamente porque les da un gustazo tremendo el escribir, la mayoría de los mortales escribimos para ser leídos. Y antes, a falta de un sistema que permitiera conocer quién nos lee (cómo el de los seguimientos este del blogger), la única solución para saber que no éramos ignorados era ver los comentarios. Y eso, unido a que por entonces yo no era ni mínimamente medio-conocido en aqueste mundo del internete (ahora soy medio-medio conocido. Y algo es algo) hacía que a los dos días sin ver comentarios de entradas que, ¡demontres!, me había currado muy mucho, dejara el blog abandonado y yo siguiera mi vida as usual.

De todas formas, que nadie se worry para nada. No me iré de aquí mientras me sienta leído. Eso sí, me perdonarán si no les acostumbro a entradas hiper-sesudas llenas de buenas razones y complicadas figuras literarias de por medio. Ya lo advierto. No es mi estilo. ¡Adiós, amigos!

PD: Y sí, sé que es irónico que escriba una entrada tan larga hablando de lo incómodo que me siento al escribir entradas. Dejenme que les diga que ese sentimiento suele ser más al empezar a escribir que no cuando estoy a la mitad.

3 comentarios:

Catapúm dijo...

¡No nombró que antes no tenía un diseño tan guay!

Alfonso dijo...

Pues a mi me gustan mas las entradas sin sentido y que me dejen una sonrisa en la cara. No digo que las otras no me gusten, pero las cosas serias las prefiero leer cada tanto. Y no se preocupe, que mientras tenga este blog, va a contar por lo menos conmigo para que lo lea, y eso ya es algo xD

Anónimo dijo...

Vaya declaración de intenciones, señor caballero! Ser leido debe ser bonito, desde luego. Le deseo la mejor de las suertes en esta nueva andadura. Le seguiré. Sin demasiada regularidad, cómo es costumbre en mí, pero le seguiré.

Valen

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