Escribir por escribir 3

~ viernes, 23 de octubre de 2009

He comentado ya en este blog cuán aburridas son las clases de Lingüística de mi carrera. Tan aburridas que hace una semana me dieron pie a dibujar una página entera y tan aburridas que hoy han hecho que me ponga a escribir por escribir. Hora y media para llegar a un texto chorra, muy chorra, que les traigo hoy. Lo acabo de copiar enterito de mi cuaderno y es bastante largo así que luego no digan que no hago nada por ustedes. ¡Ahí lo tienen! ¡Disfrútenlo! O no.

Alguien un día se puso a escribir. Escribir por escribir. Escribir por aburrimiento. Por tener algo que hacer. No sabía sobre qué escribir o lo que saldría de allí. Solo quería escribir.

Ese sentimiento no le era extraño a este alguien. Lo había hecho otras veces en su casa. Sí, podría pensarse que este alguien era un tipo aburrido. Quizás sí, quizás no. Él no lo sabía. No lo podía saber. El “ser aburrido”no es algo que uno supiera sin ayuda de terceras personas. Y en aquel momento ese alguien no podía preguntarselo a nadie. No podía hablar. ¿O realmente más que no poder no quería hablar? Porque tenía la capacidad de hablar. Movió la boca mientras articulaba un “Puedo hablar, ¿no?”. Sí, podía. Otra cosa es que en la situación en la que se encontraba en un contexto socialmente aceptado hablar estaba mal visto.

Una figura de autoridad hablaba sobre temas lingüísticos. Ese alguien estaba sentado más o menos frente a él, escuchando. O haciendo cómo si escuchara porque ya hemos dicho que estaba escribiendo. Alrededor de él personas. Quizás no tantas como se podría presuponer pero un número suficientemente alto como para no sentirse solo. Unos estaban escuchando. Los menos. Otros hablaban en bajito con su compañero. Otros literalmente estaban cayendo en los brazos de Morfeo. “Caer en los brazos de Morfeo” entiendase como una versión poética del dormir. Morfeo no estaba en aquella clase y, por supuesto, nadie cayó en sus brazos.

¡Cuánto daño ha hecho “Matrix” al mundo de las expresiones! Porque ese alguien cuando puso la expresión “caer en los brazos de Morfeo” no pensó en el dios griego-quizás-romano Morfeo. Pensó en el negro calvito rey-del-universo que sale en la película que puso más arriba. ¡Qué buena!, ¿verdad? Filosófica y todo. Ese alguien recuerda que Matrix fue su primera incursión en esto de la filosofia. O lo hubiese hecho si él hubiese sido un crio dado a pensar. Pero no lo era. A ver… No es que fuera tonto ni nada parecido. Pero reflexionar sobre el futuro de la vida… Él era más (y así lo recordaba) de ver pasar la vida, de pillar su videoconsola por banda y solo reflexionar cuándo el juego te lo exigía. Que no eran pocas veces, por cierto.

Porque mira que los desarrolladores de videojuegos se empeñaban en hacerle pensar, ¿eh? Siempre odió ese puzzle deslizante de nueve piezas en el que no se podían sacar las piezas. Pues era el puzzle que más poblaba en aquellos juegos. Si no fuese por internet o por la pura suerte, jamás se hubiese pasado determinados

La campana suena. A su alrededor la gente empieza a levantarse. Ese alguien deja de escribir para irse. La hora y media escribiendo ha servido para algo. O quizás no. Sí, es posible que no haya servido para nada. Pero eso a él le da igual. Nadie le puede quitar que estuvo entretenido.

¿Qué les ha parecido? ¡Nos vemos another day!

PD: Estoy pensando en que voy a crear una categoria solamente para este tipo de entradas. Se están convirtiendo en algo más que la norma.

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